20.5.08

Fragmentos de la memoria en periódico Claridad


Fragmentos de la memoria
Entrevista
Cristina Álvarez Vázquez
Puerto Rico • 1 al 7 de mayo de 2008

Fragmentos de la memoria: Recuerdos de una experiencia carcelaria (1975-1980), así se titula el libro de la ex prisionera política argentina, Margarita Drago, quien visitó la Isla promocionando su libro y hablando de sus experiencias. Experiencias dolorosas pero de las cuales aprendió. “Salí de la cárcel en el 1980 con la intención de denunciar lo ocurrido, y participé en foros internacionales, pero no es hasta los años 90’ que tomé la decisión de escribir”, mencionó Drago. En el libro aparecen todas las experiencias y anécdotas que vivió en las dos cárceles en las cuales estuvo presa. El libro se ha presentado en Barnes & Nobles de la ciudad de Nueva York, en el Museo de la Memoria en Argentina, en Mendoza en Argentina, en tertulias y talleres. Margarita Drago era maestra de una escuela elemental al momento de su detención. Formaba parte de organizaciones que luchaban por los derechos iguales de todos los seres humanos, por la justicia y por una buena educación para todos. Ésas fueron las razones por las cuales fue detenida. Estuvo presa en la cárcel de la Alcaidía de Mujeres de Rosario y en la Cárcel de Villa Devoto, la cárcel más grande de América Latina. En una tenía más libertades que en otra, pero la realidad es que ambas eran dos infiernos. Estas cárceles eran las que se les presentaban a las organizaciones mundiales para demostrar que no existían torturas y que todo era normal durante la época de la dictadura militar en Argentina. Lo que no se decía era que aparte de esas cárceles habían cárceles clandestinas donde guardaban a otras personas, a las cuales se llevaba el gran número de desaparecidos. El número de desaparecidos(as) y prisioneros(as) políticos(as) en Argentina llegó a ser de 30,000 personas.

En esas otras cárceles clandestinas las torturas eran aún mayores y en ocasiones podían hasta matar a los desaparecidos y nadie se enteraba. En las cárceles donde estuvo Margarita, ella fue testigo de cómo trasladaban a algunas prisioneras a estas otras cárceles por un periodo de varios meses.

En la cárcel de la Alcaidía de mujeres del Rosario ella junto a sus compañeras armaron una imprenta utilizando cajetillas de cigarrillos y otros instrumentos que por temor y por obligación tenían que esconder en el ano y la vagina. Era tanta la represión en las cárceles que si encontraban a alguien cantando o haciendo ejercicio la enviaban al calabozo por un periodo entre 15 días a un mes.

El país vivía enajenado de lo que ocurría, como la economía estaba subiendo y los medios de comunicación estaban controlados, la historia oficial no llegaba a las masas. Los familiares de los encarcelados o desaparecidos también vivían una pesadilla, pues a ellos los amenazaban, los vigilaban o los mataban. Ése fue el caso de varias de sus compañeros, mientras estuvieron presas. sus compañeros o esposos fueron asesinados. La dictadura contaba con un plan de exterminio moral y psicológico.

No es hasta la década del ‘90 que se comienza a denunciar la situación ocurrida. Se comienzan a escribir libros, a inaugurar museos y a involucrarse la gente. “El golpe de los chicos”, escrito por Graciela Montes fue uno de los libros que se escribió para niños acerca de la dictadura militar. Se inauguró el Museo de la Memoria del Rosario y se comenzaron a dar talleres a los maestros para que se instruyeran.

Es a finales de los años ‘80 cuando Margarita Drago decide escribir un libro que recreara sus memorias, formaba parte de una clase del escritor puertorriqueño Luis Rafael Sánchez en Nueva York. Incluso, fue él quien le sugirió el título del libro.
Margarita Drago salió de la prisión en el 1980 y para ese tiempo todavía quedaban muchas compañeras presas, las últimas que se liberaron fueron en el 1983. Se le daba la libertad con la condición de ser exiliadon, países de Latinoamérica y Europa le ofrecieron visas, pero fue enviada a los Estados Unidos, el país en el que menos ella deseaba vivir, ya que ese país había sido el aliado de Argentina para dar el golpe militar. Fue trasladada a Oakland, donde fue recibida por mujeres de distintas partes de Latinoamérica y por una Iglesia Católica que se hizo cargo de ella durante los meses que permaneció allí.

En enero de 1981 parte para Nueva York para formar parte de un periódico llamado “Denuncia” donde conoció a cubanos, puertorriqueños y otros latinoamericanos. “En ese momento comprendí la solidaridad que debe de existir entre los países latinoamericanos”, señaló Margarita. En el 1984 es que logra visitar a su Argentina y no es hasta el 2007 que vuelve a pisar suelo argentino. Durante todos los años que ha estado viviendo en Nueva York, Drago ha completado bachillerato, maestría y doctorado. En la actualidad es profesora de literatura, español y educación bilingüe en York College, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Es vice presidenta de la organización Latino Ground Tables que trabaja a favor de la cultura popular.

En sus planes futuros se encuentra la publicación de un libro en el cual hablará de su regreso a la Argentina y de las vivencias de los que sufrieron el encarcelamiento desde afuera de la cárcel. Pero para ella, lo más importante, es seguir enseñando, no sólo enseñar, si no educar para tomar conciencia.

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